Todo lo que entendemos por “Aviación Civil”, absolutamente todo, se entiende y se explica por referencia a esa entidad supranacional, integrante de Naciones Unidas, llamada Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Porque lo que no surge del Convenio de Aviación Civil que le dio nacimiento, surge de los Anexos Técnicos agregados a ese acuerdo, o bien de los documentos que les resultan complementarios. Basta sumergirse en esos textos para comprender que está todo previsto y regulado, cada vez con más precisión y detalle, como que vivimos en la Era del Conocimiento. La aviación civil moderna, aquella desarrollada a partir de la Segunda Guerra Mundial, se encuentra modelada hasta el más mínimo detalle por lo que permite (y no permite) el marco
normativo internacional, que viene a funcionar como una especie de “esqueleto invisible” que sostiene a todo el “cuerpo aeronáutico” de cada país.